La leyenda de la Casa de los espejos

La antigua ciudad de Cádiz, siempre ha sido el puerto que unía a España con África y América para mercadear. Allí quedan recogidas muchas leyendas de piratas, almirantes o capitanes de barcos. Es el caso de la leyenda que os voy a narrar de La Casa de los Espejos.

Está situada frente al monumento del Marqués de Comilla, cerca de la Alameda. Muchos gaditanos aseguran haber recorrido todas sus habitaciones cuando se encontraba abandonada y también suelen afirmar  haber escuchado el llanto de la niña que protagoniza esta leyenda.

La historia cuenta que un almirante de la flota de Cádiz cuando viajaba, le traía de tierras americanas un espejo cada vez. Su preciosa y consentida hija, por la cual sentía delirio y pasión, le recordaba que no olvidara traerle su regalo y así este cumplía su deseo en cada viaje. Hasta tal punto lo cumplió  que la casa quedó repleta de los hermosos espejos.

Con el tiempo la niña creció y se convirtió en una mujer bellísima, y su padre presumía por donde iba de ella. Esto provocó que su mujer tuviera celos enfermizos y tal odio hacia su hija, que aprovechando los viajes de su marido, la asesinó, envenenándola y después la enterró en secreto.

Al regresar el almirante, la mujer le contó que su hija había muerto por una grave enfermedad infecciosa y la tuvieron que enterrar a toda prisa. El padre se sintió consternado y muy triste por la pérdida. Pero pudo ver a su hija a través del espejo que le traía de obsequio y que lo tenía en las manos y esta le contó la verdad de lo sucedido. El padre entró en cólera e hizo confesar a su mujer lo que había hecho. De la rabia la mató y él terminó en la cárcel con una cadena perpetua y murió allí.

Desde entonces, la casa quedó abandonada. En la actualidad se encuentra reformada, pero hay quien asegura que aún se escucha a la muchacha llorar y que se sigue reflejando su cara en ellos.