En Nueva España los hábitos alimentarios no estaban relacionados con la procedencia étnica de las personas sino con el precio de los alimentos.
En las ciudades de Nueva España se consumían estos alimentos:
- A las cinco de la mañana tomaban una taza de chocolate o atole con pan dulce.
- En el almuerzo degustaban un guiso de carne de res, pollo o cerdo y un plato de frijoles, acompañado de un buen vaso de pulque.
- A la hora de comer, una sopa o un caldo de gallina con limón y una porción de arroz o fideos. Después el plato principal, un guiso de carne, y de postre una fruta.
- Transcurrido el día, mientras que en Europa a las seis de la tarde tomaban un té, en la Nueva España se consumía un chocolate caliente acompañado de un pan dulce.
- Para cenar comían un plato fuerte acompañado de frijoles.
La Iglesia invitaba a los habitantes a moderar el comer y el beber, evitando el pecado de la gula.
Las familias campesinas consumían principalmente:
Maíz, frijol, chile, verduras, vegetales o frutas que cultivaban u obtenían de los campos, manteca y pocas cantidades de carne. Ocasionalmente bebían chocolate, tamales y pan.
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