El Camón dorado, era una estructura de madera, tallada y dorada, que se colocó en la Pieza de las Furias del Alcazar de Madrid, y que tenía en su interior dos alcobas: “Dormitorio y Real Cámara de Su Magestad”.
El dormitorio del rey no era una sala privada y era conocido como la Sala de las Furias porque allí, en tiempos de Felipe II, estuvieron las pinturas conocidas como Furias de Tiziano que fueron encargo de María de Hungría para su palacio de Binche, a las afueras de Bruselas anteriormente:
El Sísifo, Tántalo, Ticio e Ixión.
Dos de las cuatro Furias que había en el Salón de los Espejos (las otras dos están en el Museo del Prado) se quemaron mas tarde, durante el reinado del primer borbón que fue Felipe V.
Esto fue debido al incendio que aconteció en el Alcazar de Madrid el 24 de diciembre de 1734. Para saber mas ver El Alcázar de Madrid, incendio, fantasmas, exorcismos…
La estructura fue diseñada por José Benito de Churriguera. Había creado anteriormente el catafalco para las exequias de María Luisa de Orleans, la que fue primera esposa de Carlos II, en agosto de 1689.
Las obras de carpintería las dirigió el ensamblador Pedro de Ávila, el dorado Antonio Ruiz y los herrajes dorados a fuego fueron realizados por Tomás de Flores y Agustín Martínez.
La estructura tenía cuatro puertas talladas con decoraciones vegetales, ventanas, vidrios, un zócalo con tarjetas de trofeos militares y cincuenta y cuatro tableros dorados, que fueron pintados con flores por el pintor ad honorem del rey Bartolomé Pérez.
Éstos decorados recubrían tanto las paredes como el techo de las estancias, creando la sensación de espacio lujoso, íntimo y reservado, como si de un jardín secreto para el encuentro de los esposos se tratara.
También tenía un mecanismo de pesas y poleas con el que se movían los tableros, ventanas y puertas. mecanismo que fue idea de Francisco Filipín, el relojero de corte de Carlos II.
Estas estancias fueron construidas para la boda del rey con Mariana de Neoburgo. Aunque se empezó a hacer antes de la boda por poderes de los reyes, no estuvo concluida hasta después de la llegada de la reina en mayo de 1690.
Esto se sabe porque en febrero de ese año se informaba:
“El Camon para Su Magd. está acabado y dorado. Solo faltan las puertas que Ve. Mando se hiciesen correspondientes al çocalo con sus tarjetas de trofeos”.
Bartolomé Pérez iba muy retrasado con el trabajo de los tableros pintados de flores ya que tenían que estar decorados por ambos lados. Por este motivo tuvo que coger como ayudantes a otros tres pintores que le auxiliaran en esa labor, uno de ellos fue el granadino José de Cieza.
A finales de 1691 la estructura estuvo por fin terminada. Así los reyes disfrutaron de un ambiente más íntimo para sus encuentros e intentar conseguir así el tan ansiado heredero.
Como ya sabemos esto no ocurrió. Debido a la falta de herederos hubo una guerra de sucesión en la cual ganó el Borbón Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia.
Felipe V mandó desmontar el tan costoso Camón que imitaba un lecho de flores, y sus tablones pintados se desperdigaron conservándose en la actualidad dos obras que están en el Prado y al menos dos más en colección privada.
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